Aviso: Esta crítica puede contener spoilers
¿Qué mejor manera que empezar este blog con una crítica de la película del año? Los mercenarios (The Expendables, 2009) ha sido el estreno más esperado del año, si no de la década, por todos los aficionados al cine de acción. Y la verdad que no ha defraudado en absoluto. Su éxito en la taquilla es una buena muestra de ello.
La historia se puede resumir en una línea: un grupo de mercenarios son contratados para derrocar a un dictador de un país sudamericano. El guión es bastante simple pero da igual en un producto de estas características. Si la película funciona en parte es por su poderoso casting, lleno de tipos duros, que vamos a analizar más a fondo.
Sylvester Stallone sigue demostrando que a pesar de tener más de 60 años aún tiene mucho que decir en el cine de acción. Aunque los años no pasan en balde, Sly lucha y corre como hace 20 años. Por su parte, Jason Statham, el heredero natural de los Stallone, Schwarzenegger y compañía, es quien más tiempo pasa en pantalla junto con Stallone y sabe aprovecharlo, alternando sus peleas con su sentido del humor. Jet Li, es quizá quien está más desaprovechado. Li es uno de los actores que mejor lucha pero las peleas que tiene en el film no le permiten lucirse demasiado.
La revelación del film sin lugar a dudas es Dolph Lundgren con su Gunnar Jansen. Desde su disparo de advertencia al principio del film consigue meterse al público en el bolsillo. Parece que Ludgren se luce más cuando está acompañado (Rocky IV, Little Tokyo, ataque frontal o Soldado universal) que cuando tiene el protagonismo absoluto.
Los otros dos expendables, Randy Couture y Terry Crews, también tienen su momento de gloria en el film. Couture, ex-luchador de UFC, demuestra su poderío en su pelea con Steve Austin y Crews, ex-jugador de fútbol americano metido a actor, arranca los aplausos del público cuando hace aparición con "su novia".
Mickey Rourke, tiene un papel sin acción, sólo de diálogo pero sigue demostrando que está viviendo su segunda juventud cinematográfica
Los villanos: Eric Roberts (hermano de Julia), Steve Austin (luchador de la WWE) y Gary Daniels (habitual del cine de acción directo a vídeo) cumplen de sobra. Roberts, que tuvo sus momentos de gloria en los 80 con Campeón de campeones y El tren del infierno, se lo pasa en grande con el papel de Monroe. Austin en su debut como villano demuestra que el papel le viene como anillo al dado y por último, Daniels, el gran ignorado por el póster, apenas tiene una pelea en el film donde puede mostrar su destreza. Eso sí, para los aficionados al cine de acción que lo conocemos es una gran alegría verlo por fin en pantalla grande.
También destacar la intervención de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger, en la que es una de las mejores escenas del filme, si no la mejor. La conversación llena de autorreferencias, que mantienen los tres en la iglesia ya forma parte de la historia de este género y por si sola vale el precio de la entrada.
Ah, por supuesto también hay chicas pero están relegadas a un segundo plano entre tanta testosterona. Son Charisma Carpenter y Giselle Itié, pero sus papeles digamos que son poco más que de adorno. Eso sí, las dos están de muy buen ver.
Un casting explosivo, disparos con armas de todos los calibres, peleas por doquier, muertes sangrientas para todos los gustos y frases para arrancar aplausos de la platea, son algunos de los ingredientes del film que nació como un homenaje al cine de acción de los 80 y que ahora puede volver a ponerlo de moda.
Por último, vamos a ponerle una pega a la película: Stallone, quien hasta ahora como director había demostrado ser bastante clásico, en esta ocasión copia de directores como Michael Bay y corta los planos cada poco, provocando cierta confusión en algunas peleas, como la lucha que mantienen Lundgren y Li. Es lo que le falta al film para llegar a ser redondo.
En resumen, un film que ningún aficionado al cine de acción debe perderse. Y sí, habrá secuela.
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